Muy queridos hermanos:
La Diócesis de Chiquinquirá en la persona de nuestro Pastor Monseñor Luis Felipe Sánchez Aponte, presenta a todos nuestros hermanos que se encuentran privados de la libertad, un saludo fraterno y ofrece oraciones a Dios, fuente de la verdadera Libertad, para que sean bendecidos y acogidos en el corazón de Dios, que es siempre amor y misericordia y que cada uno en lo profundo de su ser, pueda experimentar el abrazo paternal de este Padre Dios, el Padre de las Misericordias y de todo consuelo.
Los días se van sucediendo uno tras otro y en sus corazones duerme callada, silenciosa una esperanza, aquella esperanza soñada de una libertad… Solo unas palabras de amigo y de hermano: este tiempo es un tiempo precioso a pesar de todo; es un tiempo muy valioso y por lo tanto los invito a valorarlo como tiempo único... como el espacio que nos ofrece una única oportunidad: la de VIVIR.
Esta es la oportunidad para rectificar caminos, para reconocer que por encima de todo, y de todos, está la bondad y la misericordia de Dios, que siempre nos ofrece perdón y salvación… seamos avaros de este precioso tiempo, vivirlo como esa gota de agua que sacia la profunda sed de libertad, una gota de gracia que se convierte en la oportunidad de salvación… no todo está perdido, no se sientan derrotados porque por encima de una justicia humana y de una debilidad y fragilidad de nuestra misma condición, está la bondad, el amor y la misericordia de Dios, nuestro Salvador.
Querido hermano: esto no es nada fácil, pero lo debe animar el saberse ser amado de Dios, y por tanto aceptar su vida como el regalo más precioso que de Él, ha recibido… Ud. puede dirigir su vida, puede ser el piloto de su propia nave, sólo que debe trabajar en la construcción de sí mismo con bases sólidas y fuertes… Ud. será lo que piense en su corazón, por eso procura sembrar pensamientos positivos, hermosos y correctos en su mente… vigile todo aquello que entra en su mente, en su cuerpo, en su alma y en su corazón… debe trabajar por aceptarse como es, procurando ser y no parecer… reconciliarse siempre consigo mismo y no dejar nunca de perdonarse…amar sin fronteras…creer sin límites y vivir más allá del tiempo…
Les imparto a cada uno mi bendición paternal y con ella el deseo de una libertad pronta y duradera.
Fuente: Diócesis de Chiquinquirá